Tomar la decisión de vivir con la pareja antes del matrimonio es un paso realmente importante a nivel emocional, financiero y legal. Si la decisión se toma como prueba de fuego para saber si la pareja en cuestión es realmente la persona con la que se quiere estar para toda la vida o si se toma simplemente para experimentar una etapa de la vida, se trata, sobre todo, de una decisión que podrá cambiar para siempre el ritmo y la rutina diaria -y claro, la independencia-. Hay cosas necesarias que se deben considerar antes de tomar la decisión, como aspectos legales, de comunicación y hasta de decoración.
Legales & Financieras
En los primeros meses, la ley no reconoce el concubinato. Por lo que no es recomendable compartir ningún tipo de crédito o préstamo. Ni tampoco compartir los gastos financieros de manera permanente.
Es muy importante ser muy honestos con el capital con el que se cuenta para tener una idea realista del panorama. De igual manera si se tienen deudas, lo más recomendable es hablar de esta situación y establecer un plan para reducirlas.
Si se abre una cuenta bancaria compartida, se recomienda también mantener las cuentas personales. Por ejemplo, la renta o la hipoteca, los impuestos, súper, mascotas, ahorros y utilidades, son cuentas recomendables para compartir. Deudas, salidas, cenas, deben estar separadas. Los gastos compartidos deben dividirse a la mitad o dependiendo el ingreso de cada uno.
Los acuerdos informales pueden romperse fácilmente, lo mejor es establecerlos por la vía legal para que ambas partes cuenten con protección.
Si se adquiere un inmueble, se tiene que considerar cómo se dividirá la hipoteca, los impuestos, el mantenimiento y los seguros. Así mismo se debe definir bajo que condiciones el inmueble podría venderse.
Dividir los quehaceres
Es muy importante la comunicación para entender cuáles son los estándares de cada uno en cuanto a limpieza y orden. No se deben asumir cosas. Se debe acordar quién realizará las actividades, cuándo y por qué. Si hay quehaceres que se evitan, lo recomendable es ligarlos con algo positivo, tal vez con alguna canción o escuchando algún podcast interesante.
Consejos sobre cómo decorar
Si hay cosas que nunca se van a usar y se siguen guardando por desidida, lo óptimo es deshacerse de ellas. Utilizar soluciones de almacenamiento es buena idea para optimizar el espacio. Por otro lado, los textiles tienen mucho impacto en el estilo del departamento, así como accesorios que se pueden colgar en las ventanas o las cortinas que se pondrán. Son detalles esenciales para convertir a la casa en un hogar.
Vivirás con otro humano como tú
Cuando se toma la decisión de vivir con alguien más, se tiene que considerar que ese alguien, es otra persona con necesidades, emociones, percepciones que puede ser distintas, parecidas o iguales. Para eso es muy importante la paciencia, la responsabilidad y el respeto. No se debe echar culpas u ofensas. Antes de tomar la decisión es necesario preguntarse: ¿La persona con la que viviré es buen roommate? Se debe buscar un balance entre quién será el responsable de pagar las cuentas, de limpiar, de comprar la comida, de cocinar. También nunca hay que perder el estilo aunque se trate de tu pareja de confianza.
El uso de la tecnología
En los tiempos que se pasen dentro de la casa se debe acordar cómo y dónde se puede estar usando el celular. Es decir a la hora de la comida se debe evitar para concentrarse en ese momento sagrado. El ritmo actual de la vida laboral es sumamente vertiginoso e intenso por lo que en los tiempos de calidad con la pareja, se deben valorar esos momentos íntimos para conectar a través de una conversación respetuosa.
Éstos han sido algunos consejos prácticos importantes de seguir para lograr una armonía con la pareja y que el futuro de ambos sea posible. Cuando se logra ver más allá de lo que nos rodea, se pueden evitar problemáticas comunes a partir de una comunicación y asumiendo responsabilidades que deben compartirse y aceptarse de común acuerdo. Vivir con alguien es un paso difícil pero también es una valiosa oportunidad para compartir con alguien la vida misma.
**Artículo original en The New York Times publicado por Ana Goldfarb