El jefe de gobierno de la CDMX Miguel Ángel Mancera, anunció la nueva norma Técnica para la reducción de estacionamientos y la señaló como “un cambio total de paradigma”, similar al de países desarrollados para bajar el uso del auto y además atenderá la demanda de vivienda en la capital, pues será más barata producirla sin obligación de cajones para vehículos.
“El 42% del uso de suelo en la capital mexicana es para cajones de estacionamiento, como si no tuviéramos una demanda de vivienda que atender”, el mandatario capitalino enfatizó que con base en datos del estudio Menos cajones, más Ciudad, del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP) e Instituto Mexicano de la Competitividad. Ésta obliga a crear biciestacionamientos en nuevas obras.
La capital hoy cuenta con 6.5 millones de cajones de estacionamiento. La norma obliga a los constructores de nuevas edificaciones a hacer una aportación al Fondo Público de Movilidad y Seguridad Vial, creado tras la Ley de Movilidad local de 2014, cuando hagan determinada cantidad de cajones, pero el mecanismo se precisará dentro de los próximos 90 días hábiles, según los artículos transitorios de la norma. Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno, y Felipe Gutiérrez, secretario de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi) adelantaron que cada obra nueva tendrá un máximo de cajones que no podrán rebasar.
Menos Cajones, más ciudad es un estudio del Instituto de Políticas para el Transporte y Desarrollo (ITDP) y del Instituto Mexicano para Competitividad (Imco) el cual señala que actualmente más del 40 % de un edificio se dedica a los estacionamientos.
El estudio indica que los requerimientos de cajones aumentan los precios de vivienda, bienes como la gasolina y servicios.
Por lo que buscan incentivar el uso de transporte público y desincentivar el automóvil particular, pues es contaminante y genera congestiones viales.
Se estima que una vivienda sin lugar de estacionamiento podría bajar hasta 8% su costo si el comprador no adquiere cajón para auto.
Esta misma norma técnica se aplica en países desarrollados y busca hacer las ciudades más amigables para los ciudadanos, no para los autos.
En París, por ejemplo, si un edificio nuevo está a menos de 500 metros de una estación del metro, no es necesario que tenga cajones de estacionamiento. En Ottawa, Canadá, si un edificio está a 600 metros de una estación del metro, se le imponen límites al número de cajones de estacionamiento.